miércoles, mayo 09, 2007

Mentiras y el síndrome de Peter Pan

Cual es el poder de una mentira? Por que día a día niños, jóvenes y adultos -muchos de ellos dirigentes o políticos- continuamos mintiendo y mintiendo en lo que para algunos es ya una actitud compulsiva? Y me inquieta sobre todo por qué nos mentimos a nosotros mismos tan a menudo? Aclaro que más allá de mi experiencia personal no tengo ninguna autoridad sobre el tema, pero pensando sobre esto creo que uno de los factores que constituyen el poder de la automentira en la adultez está relacionada directamente con el síndrome de Peter Pan. Una parte del deseo de no crecer y asumir responsabilidades es el hecho de poder decir mentiras sin -al menos aparentemente- repercusión. Evitar enfrentar -consciente o inconscientemente- o negar las consecuencias de una automentira es un señal de inmadurez, del mismo modo cuando las mentiras que nos decimos empiezan dejar un rastro de culpa podemos empezar a pensar que se esta creciendo. La automentira es quizá la forma más común de mentir: cuando aplazo esa tarea importante porque "si la hago mañana no pasa nada", cuando me como ese trozo de pizza de más porque "mañana empiezo la dieta", cuando prefiero un "mejor no hablemos de ese tema" para evitar un conflicto, cuando me quejo de mis limitaciones pero no hago nada para superarlas, cuando culpo a los demás y a la sociedad para tomar el papel de martir con un " es que la situación esta difícil" pero no tengo ni actitud ni el deseo de cambiarla, en estas y otras ocasiones similares, me estoy auto-mintiendo y corriendo al encuentro del pequeño Peter Pan en mi interior. El remordimiento por automentir puede afectarte si y solo si estas madurando, así negarse a crecer y a madurar es una condición necesaria y suficiente para automentirte sin asumir las consecuencias y creer que no son importantes. De esta forma, en respuesta a la pregunta inicial diría que una de las razones por las que nos mentimos tan a menudo es el deseo de no crecer y de no madurar, nos mentimos porque queremos seguir siendo niños alegres y mentirosos, pues después de todo, cuantos adultos 'maduros' y realmente felices conoces?